El profesor Roberto Rengifo observó en 1919 que el cerro San Cristóbal de Santiago de Chile es un TenTén –“ThrengThreng”–, uno de los cerros-vehículos que ascendieron al firmamento durante el último Gran Diluvio o Tripalafkén (±12.900 años), y en el cual encontraron refugio algunos hombres.
Asimismo, y en relación con la naturaleza del San Cristóbal dos campos son determinantes: En primer lugar, su nombre originario en chilidúgú o “lengua de los chilis” es Tupahue, es decir, “Lugar de Tupa”. Tupa es una abreviación de Tuapaca y más apropiadamente de Tauapácac Huirajocha, el Dios Blanco de América. En segundo término, las características geológicas del Tupahue/San Cristóbal: Es un cerro con dos “cuernos” o “cachos”, tipología particular y distintiva en la concepción de la sacralidad espacial del mundo precolombino del Chili Mapu y de la América Aborigen.
Phenomena Magazine. La investigación científica de lo inexplicable. Año XIII. Número 91. Buenos Aires, Junio de 2025.