miércoles, 26 de julio de 2023

La tradición sagrada de los hówen, los dioses de Tierra del Fuego

 

El Mythos antártico-patagónico preservado por los selk’nam refiere al descenso a la Tierra de la raza astral e inmortal de los dioses conocidos como hówen y a la creación de la Naturaleza y de los hombres.

Ese fue el “tiempo” original, anterior a la ‘vida’ y a la ‘muerte’. Sin embargo, algo aconteció y el orden cósmico-terrestre se alteró y tanto el tiempo como la muerte irrumpieron –¿por qué? ¿Cómo? ¿Desde dónde surgen estos arcontes?–. Fue entonces cuando los más poderosos hówen abandonaron la Tierra y regresaron a los astros: Las Pléyades, Betelgeuse –la constelación de Orión–, Antares y Venus. Otros hówen, en tanto, se plasmaron en las formas del paisaje –en formas geológicas– y en algunos seres del planeta.

Así, entonces, se iniciaron los ciclos del tiempo. Y la muerte dominó la vida.

Es el comienzo de la historia de los hombres, de los mortales, regida por el patriarcado original instaurado por el mismísimo Quenós, el enviado de la Deidad Suprema Temáuquel.

Aurora Boreal. Año 13. Número 33. Santiago de Chile, Abril de 2023.

viernes, 7 de julio de 2023

El símbolo del Ajna Chakra o “Tercer Ojo”: Patagonia-Mesoamérica

 

En la primera parte de El Secreto de la América Aborigen, Noticias y comentarios arqueológicos (1919), el profesor Roberto Rengifo consignó la existencia de la primigenia civilización andina que había sido el centro u origen de las primeras civilizaciones que se esparcieron por el continente, marchando de sur a norte hasta México, y, progresando en lenguas y cultura con la distancia y los siglos. Y más abajo: El arte de navegar es innegable en esta región y también lo es y lo fue en la de Chiloé [en la Patagonia], facilitado en gran parte por la corriente de Humboldt en su avance de sur a norte. De este modo la misma emigración chilena, puede haber alcanzado en los más primitivos tiempos, las dos costas de Norteamérica y haberla poblado.

Esta fundamental concepción basada en la tradición aborigen y en los vestigios arqueológicos estudiados por el profesor Rengifo, se corrobora por medio de la toponimia, de los ancestrales símbolos sagrados –como la estrella de Venus, el tetraskélion y el “signo escalonado”–, las representaciones de los dioses, el disco calendárico –sea el kultrún o el Ollin Tonatiuhtlan (“Sol de Movimiento”)– y las construcciones megalítico-astronómicas. Junto a estos campos, un elemento muy significativo se observa en la ‘marca’ de la epífisis cerebral o “Glándula Pineal” –el Ajna Chakra de la tradición brahmanista-hinduista– de las poblaciones dolicocéfalas de patagones y de mayas.

Phenomena Magazine. La investigación científica de lo inexplicable. Año X. Número 71. Buenos Aires, Julio de 2023.