Prácticamente, en todas las regiones de planeta se descubren registros del Diluvio o la Gran Agua, catastrófico proceso que arrasó con las bases materiales y espirituales de las civilizaciones que enfrentaron este acontecimiento. De acuerdo a las tradiciones míticas, ulteriormente consignadas en fuentes escritas, fueron sólo unos pocos hombres y mujeres los supervivientes de este magno evento.
¿Fue el Diluvio únicamente un mito? ¿Un relato fabulesco originado por la primitiva psiquis de nuestros ancestros? Si fuese así, ¿cómo se podría dilucidar, al mismo tiempo, la recurrencia de esta tradición en todos los continentes y en culturas y civilizaciones que no tuvieron –al menos, teóricamente– relación entre unas y otras? Significativamente, un conjunto de factores comunes se encuentran presentes en casi todos los mitos del Diluvio: 1. La catástrofe fue anticipada por emisarios o enviados divinos. 2. Este evento tuvo su causa en el quebrantamiento de leyes divinas o de la Naturaleza y su desarrollo apunta a restaurar el orden primordial. 3. Algunos individuos fueron advertidos y guiados para alcanzar determinados espacios de refugio en las alturas que ulteriormente constituyeron el Trono de los Dioses o la Residencia de los Dioses. Otros individuos, por su parte, fueron instruidos en la construcción de naves o “arcas” donde sortear el Diluvio, llevando con sí especies animales y vegetales. 4. Los sobrevivientes del Diluvio fueron los preservadores y transmisores, posteriormente, de las Ciencias Sagradas –como la agricultura, la astronomía, la metalurgia y el “buen gobierno”, entre otros campos–. Estas figuras fueron consideradas como hombres-dioses quienes sentaron las bases de las altas civilizaciones.
Mundo Misterioso. Número 7. Madrid, Septiembre de 2016.