El Mythos antártico-patagónico preservado por los selk’nam refiere al descenso a la Tierra de la raza astral e inmortal de los dioses conocidos como hówen y a la creación de la Naturaleza y de los hombres.
Ese fue el “tiempo” original, anterior a la ‘vida’ y a la ‘muerte’. Sin embargo, algo aconteció y el orden cósmico-terrestre se alteró y tanto el tiempo como la muerte irrumpieron –¿por qué? ¿Cómo? ¿Desde dónde surgen estos arcontes?–. Fue entonces cuando los más poderosos hówen abandonaron la Tierra y regresaron a los astros: Las Pléyades, Betelgeuse –la constelación de Orión–, Antares y Venus. Otros hówen, en tanto, se plasmaron en las formas del paisaje –en formas geológicas– y en algunos seres del planeta.
Así, entonces, se iniciaron los ciclos del tiempo. Y la muerte dominó la vida.
Es el comienzo de la historia de los hombres, de los mortales, regida por el patriarcado original instaurado por el mismísimo Quenós, el enviado de la Deidad Suprema Temáuquel.
Aurora Boreal. Año 13. Número 33. Santiago de Chile, Abril de 2023.