Más allá de la comprensión de la historiografía tradicional sobre el origen de los “diablos” de las festividades religiosas del norte de Chile –como en la Fiesta de la Tirana en la Región de Tarapacá, de Nuestra Señora de las Peñas en la quebrada de Livilcar en la Región de Arica, de la Candelaria en Copiapó en la Región de Atacama y de Andacollo en la Región de Coquimbo– y sus antecedentes en la danza colectiva en honor de la Virgen del Socavón del carnaval de Oruro, en Bolivia –manifiesto sincretismo de las antiguas tradiciones prehispánicas y católicas–, hay llamativos elementos comunes en ambas regiones ya vislumbradas por el naturalista Juan Ignacio Molina en su Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile (1776) y en Sulla propagazione sucesiva del genero umano (“Sobre la propagación sucesiva del género humano”, ca. 1818-1820).
Se trata de las antiguas relaciones entre los Andes y el Himalaya que evocan el origen común de la raza civilizadora de los “Hijos del Sol”.
Phenomena Magazine. La investigación científica de lo inexplicable. Año VII. Número 45. Buenos Aires, Mayo de 2021.