Las huellas de la cultura de los chili-viracochas y sus proyecciones –las primeras civilizaciones que se esparcieron por el continente, marchando de sur a norte hasta México, y, progresando en lenguas y cultura con la distancia y los siglos de acuerdo al profesor Roberto Rengifo–, se descubren en las relaciones míticas y en numerosos campos arqueológicos como se observa en la tradición hierática de los cinco soles del kultrún y el Ollin Tonatiuhtlan –de los araucanos y mexicas, respectivamente–.
Esto, por cuanto el kultrún o tambor ceremonial de los machis o shamanes araucanos lleva estampado los cuatro soles siendo el centro del mismo el Sol actual y el Ollin Tonatiuhtlan –es decir, “Tonatiuhtlan de Ollin” o “Sol de Movimiento”– o Piedra de los Soles, conocida erróneamente como Calendario Azteca, es una representación de las cuatro creaciones y destrucciones del mundo siendo el centro el símbolo del Sol actual.
Por cierto, estas antiquísimas relaciones entre América del Sur y Mesoamérica fueron observadas también por el insigne arqueólogo Arthur Posnansky.
Phenomena Magazine. La investigación científica de lo inexplicable. Año IX. Número 64. Buenos Aires, Diciembre de 2022.